
No estoy triste
ni alegre.
No tengo un corazón roto
ni de hielo.
Ni que late fuerte
Me gusta escuchar tu voz y mirarte.
Por eso estoy aquí.
Que más da?
demasiadas cosas
ay irresistibles que no entendemos.
Y aún así
tú y yo estamos locos.
~Sin saber calcular las distancias de antemano,
creyendo que no íbamos a hacernos daño;
cuando, vagando, me lo plantee siquiera
y no sepa encontrar la manera
de convencerme de que no habrá terminado
esto que ni sé como ha empezado
ni cómo hemos llegado
a estar tan paralelamente cruzados...
~Qué será entonces de nuestros besos salados?
y nuestros silencios amargos?
de estas mentes obsesionadas
con mantener encendida una llama
posiblemente ya apagada?
~Dirás que pienso demasiado,
que no paro,
que sin reparo alguno
me pierdo en mis laberintos
en el momento mas inoportuno.
Con argumentos variopintos
habré de quitarte entonces la razón